domingo, 24 de abril de 2011

Guiri y gravedad se escriben con g, de gilipollas

En la ciencia física tradicional la fuerza de la gravedad se representa abreviada en las fórmulas a través de la letra g. La aceleración de la gravedad en la superficie terrestre es aproximadamente de 9,81 metros por segundo al cuadrado. Ya tenemos las patatas y la cebolla, faltan los huevos para hacer la tortilla. Y los huevos los ponen los jóvenes guiris a los que recibe con los brazos abiertos (sujetando la saca) el sector hostelero español, sobre todo de las islas y de nuestra costa levantina. Una vez mezclados los ingredientes, surge una nueva práctica de estos jóvenes, que no conformes con beberse hasta el último fluido que se les ponga en órbita con la única condición de que lleve alcohol, acompañan sus melopeas con auténticas imbecilidades, y la última de ellas, y no por ello menos estulta, es el balconing -Nota del Traductor: todo lo que los españoles acabamos en -ing, acaban siendo extravagancias, bobadas en las que perder nuestro escaso tiempo, o directamente estupideces-. Sí, han oído bien, y es que han cogido la costumbre de bajar de sus habitaciones al fondo de la piscina con esa aceleración de 9,81 m/s2, aprovechando que it's free en todo el territorio nacional y una hora más tarde también la regalan en Canarias. Y ello sin pasar por las escaleras y pasillos que separan, pongamos -verbi gracia- su cuarta planta de hotel, de la planta baja en la que solemos ubicar los españoles las piscinas (lo de ponerlas en la azotea es más cosa de ellos, quiero pensar que a alguno es esto lo que le confunde). Quita el habla el ver cómo se tiran borrachos perdidos desde el balcón, ventana, cornisa o lo que proceda según el arquitecto que haya trazado con rotring firme el diseño del hotel (algunos asistidos, a la vista de los últimos edificios diseñados para nuestro sector hotelero, por las plastidecor de parvulario de sus retoños), para impactar, con suerte en la piscina, y si les sigue asistiendo, sin llegar con excesivo ímpetu al fondo. Por las imágenes que veía en el telediario, les da igual lo que hay debajo, la distancia, las probabilidades de caer fuera, el estado en el que saltan, y que haya más imbéciles -precursores en la valentía- en la pool (cuya profundidad lo mismo ni han sondeado), lo que quieren es experimentar la misma sensación que parecen querer experimentar sus compatriotas que se ponen delante de los astados en la calle Estafeta de Pamplona en pleno San Fermín, emulando al berzas de Hemingway, sin tener ni pajolera idea de lo que es un encierro y lo que es un toro, y ni les cuento si juntamos ambos -y unas pintas, claro-. Todas estas prácticas de riesgo gratuito se cobran cada año unos cuantos heridos, y años como el pasado incluso víctimas mortales. Así pues, dejen los british los saltos desde balcones a piscinas a su agente más emblemático del MI-5, pues a él le pagan por ello, y si se estrella contra el hormigón, tampoco pasa nada, cada cuatro años los cambian, como las olimpiadas, habiendo casi tantos James Bond como Manolos -zapatos inclusive-. Para que luego digan, hoy no tocaba hablar de idiotas made in spain, aunque abunden más -y alguno también le de al balconing, faltaba más-, porque ya es sentencia aquella que reza que en todos los sitios se cuecen habas. 
Viendo cosas como las antecedentes, uno agradece que contribuyan al PIB y hagan caja en nuestra hostelería, que falta nos hace, pero agradece aún más que lo sigan haciendo lejos, y que nos dejen para los menos soleados pero más monumentados, el mucho más tranquilo y apacible, turismo cultural, del que, además, hago autoconsumo sin medida. 

0 comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Blogs recomendados

 
Free Host | lasik surgery new york | cpa website solutions