Telecinco, la "Montaña de Basura" de la televisión, y no me estoy refiriendo a la de los Fraggle Rock, que era poseedora de toda sabiduría, exactamente lo contrario que la cadena amiga, ha engullido en su pestilente parrilla televisiva a uno de los pocos canales por los que tener la nueva TDT merecía la pena, CNN+. Y no sólo se conforman con eliminar un canal informativo, sino que lo sustituyen por la mayor de las basuras televisivas que pueden hacer tragar a una persona -aunque a mi no me pillan a no ser que me aten hasta las pestañas, como en la Naranja Mecánica de Kubrick-, un canal que según se rumorea va a estar las 24 horas del día dedicado al programa Gran Hermano, ahí es nada, lo interesante que debe de ser seguir durante todo el día la vida privada hecha pública de un grupo de descerebrados encerrados en una casa. Y yo pensando que nadie seguía ya ese tipo de programas. Debo de estar equivocado, porque de lo contrario esta apuesta de Gestevisión sería la mayor estupidez comercial jamás hilvanada, más absurdo que vender una nevera a un esquimal. Y equivocado estaré cuando al buque insignia de la cadena, la choni poligonera Belén Esteban es intitulada sin rubor como la Princesa del Pueblo, dándole una representatividad que, de ser cierta, y yo comprobarlo, me abocará a una irremediable emigración. En el mismo nivel de la Esteban, tenemos al florido Jorge Javier Vázquez evolución a la loca y enfocado al sector de la prensa rosa del Jesús de su mismo apellido, conduciendo un programa a cuyo título -"Sálvame"- deberían de hacer caso los televidentes cambiando de canal, o con el gesto más sano de apagar el televisor (y no hablo sólo de la sanidad ocular, me preocupa más la mental). Qué decir de las amenizadas mañanas con "Mujeres, Hombres y Viceversa", que sin ser un título de película pornográfica-orgiástica, parece ser a lo que aspira, porque no me digan a mi que jovencitas y jovencitos de cincelados cuerpos serranos tienen que ir a buscar novio/a o ambos a la vez, a un programa de televisión. Eso sí, si te montas sobre el primero/a que te guste del bar de la esquina, lo mismo tu fama no llega mucho más allá de las fronteras del barrio. Comprensible, pues, el montaje que se traen entre manos para dar carrera en el mundo de la farándula a todos esos jovenzuelos poco aprovechables en cualquier otro ámbito del mundo laboral que requiera el uso del cerebro. Todo sea por fomentar el empleo.
Hasta los informativos están contaminados de este espíritu frívolo y amarillista, donde lo único aprovechable, si te tapas las orejas, es la visión de los cristalinos ojos de la Carbonero, que lo mismo sigue campando por esos lares por ser pareja del año con el guardameta de la Selección. Y hablando de la Selección, esto me recuerda a J. J. Santos, uno de los más lamentables narradores de eventos deportivos, al que le compraron en la cadena amiga, para estar a sus anchas castigando nuestros oídos y consiguientes receptores cerebrales, nada más y nada menos que el Mundial, recordado por la épica victoria de La Roja, pero al que la Historia Deportiva debería dedicar un par de líneas a la lamentable cobertura y retransmisión de los partidos. Siempre nos quedará el beso robado a la Carbonero.
Y por si todo lo anterior fuera poco, aún nos queda el Programa de Ana Rosa, AR, la creativa, la reina de las mañanas eclipsada por la princesa del pueblo, y que por tener tan difuminada su actividad empresarial (escritora, presentadora, editora de revista, productora, y un largo etc.) debió olvidar en algún momento -el de su alumbramiento al mundo, me temo- la manera de hacer buena televisión y periodismo de rigor.
Entrar en la web de la cadena -no se preocupen, que luego me confieso y me pondré de penitencia una lectura sesuda para la noche- hace que veamos lo imperceptible que es la diferencia del contenido de esta cadena con el de cualquier revista sensacionalista.
Lamentable de todo punto, pero gobernada por Il Cavaliere, y parida y crecida de la mano de las Mama Chicho, "Crónicas Marcianas" (salvable programa en algunas de sus secciones, a parte del streeptease, claro), el tomate, y un largo etcétera, el resultado es la televisión que tenemos, y que tras engordar por sus crecientes ingresos publicitarios -agradezcamos también en este punto la sabia política gubernamental de suprimir la publicidad en la televisión pública, acrecentando el pastel de las privadas por este concepto- y salida al parqué del Ibex 35, se ha permitido el lanzarse a comprar Cuatro (despidanse de grandes series como House), suprimir la CNN+, como primera medida tras su conquista, y comenzar una preocupante expansión por la parrilla de la TDT, anexionándose canales vorazmente y con un único criterio, llenarlos de morbo y telebasura.
Pan y circo, damas y caballeros. De surtirnos de pan se encargan las omnipresentes panaderías, supermercados y furgonetas de reparto. Del circo ya se encarga de repartirlo el emporio audiovisual de Telecinco.
Es la televisión que tenemos y consentimos, será, pues, la que nos merecemos, y Telecinco tiene fácil y pertinente rima.
2 comentarios:
indignación.... yo también hice una entrada sobre esto, pero ¿qué esperas de un país que votaría a Belén Esteban si se presentase a las generales...?
Paciencia amigo mio...
Sí, pero ya es demasiada la paciencia que nos exigen las circunstancias. Si Belén Esteban se atreve a presentarse a las elecciones y obtiene algún escaño, definitivamente yo me voy del país.
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