jueves, 18 de noviembre de 2010

De modas y modorros

Porque sea lo que se lleve, o porque esté de moda, uno no se resigna a verse obligado a contemplar por la calle a cada vez más adolescentes de los que ahora llaman nini's (porque ni estudian, ni trabajan, ahora que vaya lo que se hacen notar) con su ropa interior colorista bien ceñida al Ecuador de la cintura, pero sus pantalones, sin embargo, muy por debajo de lo que sería el Trópico de Capricornio, dejando a la vista del espectador aterrado sus glúteos completos, cincelados con más o menos pericia dependiendo de la frecuencia de quedadas en el McDonald o Burger king que sufran. Actos de rebeldía todos los cometíamos en la edad del pavo: que si ponerse un pendiente los chicos (ahora ya son piercings, y si no tienes cinco repartidos por toda la geografía anatómica estás "out", a poder ser enmarcados por otros tantos tatuajes -ahora tatoos-), las faldas muy cortas de las chicas (aún así todavía sugerían, no enseñaban directamente), las camisetas de chicos malos, y la música estridente y cuanto más molesta para la generación anterior, mejor. Hasta ahí bien, así ha sido siempre de generación en generación, y esto es un motor de cambio para la sociedad. Llegados hasta este momento era una manera que tenía la sociedad de adaptarse a los tiempos y evolucionar con ellos a la vez que se producía el salto generacional. Una generación maduraba, para que la posterior "transgrediera" lo establecido por ella, siempre dentro de unos límites y rara vez de manera radical y tajante.
El Roto
Pero se me hace difícil imaginarme un escenario en el cual los más jóvenes de ahora vayan a madurar, ya que hacen de su bandera el mostrar gayumbos y bragas, de su cultura la del botellón, que si en sus inicios eran reuniones de jóvenes para divertirse, charlar, y, por supuesto, beber, sin dejar de lado la cultura de bar que tan arraigada estaba en este país, y que siempre ha sido motor de las relaciones sociales y de la economía, ahora se han convertido en una excusa para ponerse tibios de alcohol barato, sin acudir después al establecimiento convencional, eso y nada más que eso, por supuesto que previa convocatoria formal en lenguaje SMS (leía a un aventajado de entre estas hordas en un comentario de facebook que una cosa es abreviar y otra cometer faltas, majete, las abreviaturas se inventaron mucho antes que el teléfono móvil, pero la supresión o modificación de letras sin ton ni son, siguen siendo faltas, por mucho que abrevies). Que uno ya tiene horas de vuelo, botellones incluidos, pero ya se puede distinguir sin género de duda entre el botellón social para iniciar una fiesta y el botellón por el botellón, que se justifica en sí mismo y para sí mismo, y en detrimento de quienes lo sufren.
Interés por los estudios, cero, por la cultura, cero (han elevado al rango de cultura a deportes, como el skate o el snow-board, o a fiestas de música -cultura de club, le dicen-, a ver si así lavan la conciencia) lo de trabajar, cero, y es que nada de eso sale en Física o Química, tía, ni en Crepúsculo, ¿sabes?. Bien vamos. A lo que lleva este modelo: fracaso escolar, falta de modales y educación, precariedad en el empleo (si lo llegan a buscar, y más complicado, a encontrar con un currículo de folio DIN A-4 en blanco por las dos caras). Mi conclusión: está de moda ser modorro, y con más énfasis parecerlo. De esta idiosincrasia les imbuyen día a día en la caja tonta y en el cine, eso sí, bendito sea el pensamiento forzado: quiero influir en los jóvenes para excluir actitudes homófobas, ¿les educo en valores? No, sale más barato meter con calzador y cuña doce gays en una clase de veinte alumnos de la serie de moda; y así hacemos con el sida, la religión, los problemas de planificación familiar, etc. Utilizan series de éxito entre el público adolescente para crear una realidad, con la que podemos estar más o menos de acuerdo, pero que venden como la única posible aún no coincidiendo en nada con la realidad preexistente, eso sí, en toda la serie raro es ver un chaval con un libro abierto, haciendo un trabajo (los musicales no cuentan, y menos si tienen  como coartada el destrozar una obra maestra de la literatura, que eso lo he llegado a ver en la famosa FoQ), trabajando en algo que no sea de "camareta", modelo, actor, artista o cantante, con todos mis respetos para éstas profesiones, pero de todos -menos de los que aún se hallen anonadados por el efecto de aclarado sin prelavado cerebral- es sabido que es precisamente en esas profesiones donde más fácil está acceder y ganarse un pastizal (raro que no nos estemos dedicando todos a ello, pues). Pero eso debe ser lo que mola, y como tal habrá que respetarlos, ahora que no me quedo del todo tranquilo sabiendo que estas lumbreras serán las que me paguen la pensión de jubilación, si quieren, eso sí, que de la educación que tienen ya hablaremos otro día, que antes a los chavales se les asustaba con los padres, ahora ni mentando al Fiscal de Menores. Allá ellos si carecen de pensamiento crítico alguno o se quieren privar voluntariamente de volar más alto, pero eso sí, ay de nosotros que tendremos que convivir con esta plaga parasitaria, impertinente, maleducada y de dudoso gusto en el vestir -o en el dejar de hacerlo, porque llevar los pantalones por las rodillas, de toda la vida, es llevar los pantalones bajados-. Quedan honrosas excepciones que tendrán que esforzarse muy mucho para mantenerse firmes rodeadas de este lodo de ignorancia, y de ellos será el mérito si consiguen que su generación también madure. 

lunes, 15 de noviembre de 2010

Crema catalana

"Me gusta cuando callas, porque pareces ausente"
Si alguno se ha despeñado en este barranco en busca de una receta, desista inmediatamente en su intento de seguir leyendo estas líneas, podría indigestarse. No me llega para tanto la vanidad como para publicar los pasos y pormenores de mis atentados culinarios. Camino en estas fechas por calles (o carrers) catalanas, y andan estos señores sumidos en campaña electoral. Monumento al marketing y a la comunicación empresarial, con la salvedad de que hasta la fecha, pese a funcionar como grandes negocios, los hombres de a pie y la más elevada Constitución, les seguimos llamando Partidos Políticos.
Aquí he corroborado un cívico desarrollo de tales actos de apología, con furgonetas de alta gama serigrafiadas con los colores y siglas de uno u otro Partido, espacios habilitados para la pega de carteles que circuncidan las farolas, muy higiénico ello, y banderolas desplegadas desde mástiles unidos a las mismas sufridoras indiferentes, a las que si un día colocaron sólo con la intención de iluminar los pasos y caminos de los viandantes, hoy se oscurecen con esta interesada utilización que de ellas hacen. Para cualquier luz viene a ser casi una ofensa que la encasillen en uno u otro Partido, como si no vieran las cosas desde más arriba y más iluminadas, con la objetividad que da esa privilegiada posición.
También se apuntan a los cartelones publicitarios, menos decorativos que el toro de Osborne (que se salvó en su día de ser eliminado de las carreteras gracias al Tribunal Supremo, que poco menos que lo elevó a la categoría de bella arte, pero que mal pasaría el filtro de una Generalitat interesadamente antitaurina, o taurinófoba, porque más que los toros, lo que parece no gustarle son lo que representan y quienes los siguen). He visto cartelones de ERC, que tras desterrar a aquél señor que se llamaba Josep Lluís aquí -por el plató de Tengo una Pregunta para Usted- y en la China Popular, que ha tenido la valentía de dejarse meter el dedo en la nariz por el Follonero, lo ha sustituido por Joan Puigcercós, caballero al que aún no le conozco valentía ninguna, pero cuya tendencia se me asemeja a una cierta xenofobia, no se hasta qué punto interesada, hacia el resto de las Españas, con perdón de ambos. El caso es que no me comulga a mi en gran medida decirse progre, de izquierdas y solidario, y centrar tu programa en no querer saber nada del resto de las regiones, nacionalidades, naciones, nidos de corrupción de mayor o menor entidad que la local y demás familia, sólo por ser más pobres que las tierras que circundan las masías. Pero claro, alguien que vive afincado en la creencia de que los andaluces no pagan impuestos... Empacho de espetec ha de ser el diagnóstico.
Luego también me ha sorprendido el mensaje de los de Montilla, que tengo entendido que lleva una temporadita gobernando estos reinos, pero que curiosamente su mensaje es "el cambio". No se si es que querrá que le den la vuelta por algo que ha pagado, pero por lo demás, o consideran que el votante medio catalán es más bobo que el resto de votantes medios, cosa que no creo para nada que sea cierta, o han sido asesorados por algún gurú-coacher de marketing y publicidad al que le gustaba el eslogan pero olvidó a quién se lo vendía. También debe de ser el que le ha dicho a Montilla que sonría para las fotos, con la alegría que le caracteriza, vaya.
Aquí también tienen a los verdes muy afincados. Hace unos tres días una simpática señora, tras picar un par de veces al timbre me sacó de la cama a las nueve y media de la mañana para entregarme un folleto explicativo de cómo hay que utilizar los containers del Ajuntament, cada uno con su color específico. Me recordó a las urnas que van a utilizar sus paisanos y ella en estas elecciones, el voto va a ser tan aprovechado en la urna como en el contenedor, eso sí de papel. Lo que ya no me queda tan claro de qué color... "Oiga parece que está muy bien explicado y me vendría bien porque hay tantos que no me entero, lo único que veo que viene todo en catalán y yo ni papa, ¿no tendrás un folleto traducido a la lengua de Cervantes?" Esto le debió sonar a receta castellana y se deshizo en disculpas, que aquí, en lo que a los políticos toca y de ellos depende, no se atizan esos fogones. Ya me quedan claras las prioridades, la política lingüística (o deslingüística en lo que al castellano atiende) prima por encima del medio ambiente, con lo cual, mal van a sacar algo en claro aquí los verdes.
Por último tendría que hacer mención al PP, pero puedo jurar que en todo este tiempo no he visto propaganda electoral del interfecto por las calles, y si además viene Rajoy a hacer campaña y nada habla de Cataluña, creo que disculpado quedo por no explayarme en el espacio que también habrían de tener en estas líneas.
Otra nota más merecería Ciutatans de Catalunya, pero el señor Rivera ha declinado desnudarse este año como lo hizo en la campaña de 2006, que soso, con lo bien que me hubiera quedado la anécdota para cerrar estas líneas.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Heterografía

Viñeta de Erlich publicada en el Diario El País 
Siempre he procurado escribir bien, sin faltas de ortografía y ciñéndome en lo posible al léxico dictado por los académicos de la RAE. Pero hete aquí que a estos respetables señores les ha dado por meterle mano al cuerpo de las normas de ortografía, y lo han hecho con poca premeditación y mucha alevosía. Han abierto de piernas a nuestras normas del recto escribir, y las han mancillado a voluntad, turnándose los académicos de la A mayúscula a la z minúscula, sin el más mínimo rubor. Incluso dos de ellos han debido hacerlo con el nombre del escaño cambiado, los académicos correspondientes a la "i griega" mayúscula y su homóloga y homógrafa minúscula. Ahora son el Académico de la Ye Mayúscula, y el de la Ye Minúscula. Y como dirían los astures tramontanos, ya no sabemos ni lo que ye. Algo tendrán que decir a esto los académicos de la lengua asturiana, que anda que no va crear confusión por aquellas tierras lo del cambio perpetrado. 
Me han quitado también el acento de "sólo", que venía muy bien para distinguirlo del adjetivo solo cuando lo que queremos expresar es un adverbio, equivalencia de solamente. Y solo me quedaré porque pienso seguir escribiendo sólo como me enseñaron en la escuela, que no me costó poco lo de asumir en aquellas épocas la sutil regla de diferenciación entre adjetivo y adverbio. 
Dicen en la propia página web de la Academia
El académico coordinador de la obra, el español don Salvador Gutiérrez Ordóñez, ha avanzado algunas de las propuestas debatidas en la Comisión Interacadémica de la Ortografía en entrevistas solicitadas por diferentes periodistas. Sus declaraciones han alcanzado una notable repercusión y han dado origen a un amplio debate en los medios de comunicación y en los foros de Internet.
 Y no es para menos, es un párrafo eufemístico que lo que realmente oculta es que a todos los que nos han llegado las propuestas de reforma nos parecen una soberana gilipollez. Y nadie se alarme, que saben de lo que hablo, según la vigésimo segunda edición del Diccionario de la Lengua Española de la RAE


gilipollez.
1. f. vulg. Dicho o hecho propios de un gilipollas.

Si así quieren justificar sus salarios, que no cuenten conmigo, a partir de ahora voy a ser un paladín de la heterografía, o la paleortografía, es decir, que no voy a seguir las nuevas directrices, quedándome con las que he mamado desde niño.  

El tiempo es euro

Karl Marx hablaba de alienación por el trabajo, y ni en eso
atinó su comunismo, lo que hay es devoción [sic.] al trabajo.
Que el tiempo es dinero, u oro, en un lenguaje menos prosaico, es algo que venimos oyendo todos desde los tiempos en los que el Mar Muerto todavía estaba enfermo. El tipo de interés, precio del dinero, siempre va referido a un tiempo, aunque sea el tiempo presente, como en un cambio de moneda, pero mejor lo vemos en la fórmula de la capitalización, lo que vamos a obtener o a pagar por un dinero es el resultado de aplicar al capital y al rédito el tiempo. Nuestras nóminas a fin de mes no son más que conjugar un precio con el tiempo efectivo (e ineficiente muchas veces, sobre todo en esta patria nuestra, de jornadas interminables y productividad poco menos que inversamente proporcional a las mismas) de trabajo que desempeñamos. 

Partiendo de que el tiempo es dinero, los seres humanos se lo estamos consagrando, colocando nuestro tiempo en el altar de los sacrificios colectivos, fomentando una hecatombe de dimensiones globales y  castigando el tiempo de ocio con el aumento del de negocio, eso sí, maquillando esta flagelación con el eufemístico recurso de la conciliación, que algo he leído por ahí de ella, pero aún no nos han presentado. 

Ahora estoy de vacaciones, y me pesa la conciencia, porque mi tiempo se está convirtiendo en dinero, pero no produzco absolutamente nada. Hasta ahí la alienación del trabajo. Pero darle vueltas a esta idea me ha dado qué pensar. Los humanos hemos desarrollado fórmulas del aprovechamiento del tiempo que nos pasan desapercibidas, pero que conviven con nosotros a diario. En mi viaje de León a Barcelona en tren hotel me he percatado de que algunos de los usuarios eran yuppies (ni más ni menos que yo, si no estuviera de vacaciones), a los que sus empresas montaban en este tren en el que dicen que se puede dormir, y yo lo pongo en duda, y así sin más dilación, los tienen un día trabajando en Valladolid hasta la hora de cenar y al día siguiente se plantan a las ocho en Barcelona para algún acto o contrato relacionado con el giro-tráfico de su corporación (que bien vendría recordar de vez en cuando, como hacía conmigo un compañero, que no es "nuestra" corporación, que es la empresa para la que trabajamos, cuestión de orden de prioridades y jerarquías que no es baladí, hasta ahí llega el influjo de las palabras utilizadas). 

En una sociedad cada vez más laica y secularizada, y no lo digo yo, lo dice hasta el Santo Padre, hemos retirado de los altares a la religión y hemos colocado el trabajo y la carrera profesional. A día de hoy la mayor preocupación del ciudadano de a pié ya no es salvar su alma y evitar el descenso de la misma a los avernos, su mayor preocupación, y una vez más no lo digo yo, lo dicen las encuestas del CIS, el sanedrín de la demoscopia, es no perder el empleo e ir a engrosar las filas del paro, que son poco menos los herejes de nuestro tiempo. La ansiedad que tengo vista en buenos amigos -y a pesar de ello buenos trabajadores- que se han quedado sin empleo después de años trabajando, no es una ansiedad pasajera y coyuntural, es una ansiedad perentoria y trascendente, poco menos que equivalente a la preocupación por el destino del alma que atenazaba a los creyentes de las otrora omnipresentes religiones. 

Somos fieles a la empresa (y yo el primero), nuestro credo es el mercado laboral, y los sacramentos expiatorios vienen a ser la conciliación de la vida familiar y laboral, ave María Purísima, y la responsabilidad social corporativa, que en la antiquísima empresa del alma, desaparecida por fusión por absorción, se llamaba caridad. 

Deberíamos obtener fórmulas, y también tengo leído que ya existen, para reducir el tiempo de trabajo al necesario, y evitar momentos improductivos de "mirar para el sol" que dirían los jubilados de mi pueblo, flexibilizando las jornadas y pudiendo destinar más tiempo para una real y necesaria conciliación, porque, empleado feliz, produce por dos (o más). 

Y a la vista de lo anterior, y de cómo está el patio de luces, que más parece de oscuridades, desde luego, un servidor de usted, no se puede quejar. 

martes, 9 de noviembre de 2010

El fin no justifica los medios

Quién diría que Maquiavelo no ha sido el mentor de
algunos de los políticos de nuestra historia reciente.
Nos sorprendía una entrevista publicada ayer en el País hecha por Juan José Millás a Felipe González, en la que el líder socialista espetó que "Tuve que decidir si se volaba a la cúpula de ETA. Dije no. Y no sé si hice lo correcto". Con esto el expresidente del Gobierno parece desvelar dos incógnitas que parecía iban a mantenerse ya para siempre, tras el procesamiento de los cabecillas de los GAL, o quizá de las cabezas de turco, visto que esta afirmación de su máximo dirigente de entonces abre la veda a especulaciones sobre hasta dónde alcanzaba la responsabilidad de cada cual, y hasta que punto están pagando los verdaderos culpables, o los culpables últimos de aquellos vergonzantes episodios. Al margen de especulaciones, lo que está claro tras la afirmación del expresidente González es que, él conocía la existencia de una política antiterrorista paralela a la oficial, que incluía el uso de la violencia de manera ilegítima y fuera de los mecanismos habilitados por el Estado de Derecho, y que no sólo conocía este hecho, sino que, si nos atenemos al tenor literal de su frase, era el encargado de decidir sobre cuestiones tan espinosas como conservar la vida u ordenar la muerte de la cúpula de ETA, como si de un Emperador romano que presencia los juegos se tratase, y si tocara señalar con el pulgar hacia arriba, condonando la vida, o hacia abajo, condenándola definitivamente. Decidió González perdonar la vida  a los máximos dirigentes de la banda asesina, y áun se pregunta si hizo bien. Sus motivos para el perdón no fueron los que se pudiera presumir de ajustarse al Estado de Derecho y no responder con la Ley del Talión en la mano, sino que simplemente quiso evitar un conflicto diplomático con Francia, que por aquél entonces no tenían tan estrecha colaboración con nosotros en materia terrorista. Al final la decisión fue la correcta, pero los fundamentos no eran los esperados. Por mucho asco que nos den los etarras, el Estado español jamás deberá colocarse a su nivel, convirtiéndose en asesino de asesinos, pero asesino al fin y al cabo, sino que debemos perseguir a los terroristas sin tregua, pero ajustándonos siempre a la Constitución y a los dictados del resto del ordenamiento jurídico, es lo que no separa de las sociedades sin civilizar, lo que nos separa de la barbarie, y lo que nos distingue, precisamente, de seres como los terroristas. Aún con todo lo anterior, Felipe me sigue pareciendo un político de primera, y con la inteligencia que les falta a sus sucesores, y además, realiza la entrevista entre calada y calada de un cohiba, como guiño a lo políticamente incorrecto. Veremos a ver qué piensan de todo esto Vera, Barrionuevo, Amedo, Domínguez, Galindo y demás familia, porque algo pensarán.

Ha coincidido la perla del expresidente con la publicación de las memorias de otro expresidente, este de los Estados Unidos, George W. Bush Junior, obra autobiográfica en la que justifica abiertamente el uso de la tortura por parte de sus soldados, siempre en el marco de la consabida guerra contra el terrorismo, lo cual no deja de ser, a su vez, y no separándonos de la argumentación dada de convertirse en asesino de asesinos, terrorismo de Estado. Ni siquiera llama a la tortura por su nombre, sino que denomina a métodos de interrogatorios excluidos por los convenios internacionales y todas las legislaciones nacionales de países desarrollados, como el submarino y similares como "interrogatorios fuertes". Él cree que la historia le justificará por haber no sólo permitido, sino también fomentado estas técnicas de interrogatorio, consideradas por él necesarias, pero encuadrables sin duda en la definición de tortura, siendo la tortura precisamente algo contra lo que se supone luchaba la primera potencia de la democracia, los derechos humanos y las libertades públicas... o esto ya es sólo historia.

Quizá en tiempos del florentino Maquiavelo el fin pudiera justificar los medios, pero en nuestro tiempo, en que disponemos de armas y políticas efectivas dentro de la legalidad para diezmar el terrorismo, lo que no se puede es caer en la trampa de saltarse las normas del sistema a voluntad precisamente para combatir a los que luchan contra el sistema. ¿Quién lo debilita más, quien lo ataca directa y abiertamente desde fuera, o quien lo mina de manera encubierta desde donde más vulnerable es?.

lunes, 8 de noviembre de 2010

El Estado Paternalista

"Los que en mayo del 68 abanderaban el
prohibido prohibir, son ahora los azotes
de la libertad individual"
Que el tabaco es malo a estas alturas de la película creo que ya nos lo sabemos todos. Quizá hace años, en los que se bombardeaba con publicidad a los consumidores, en los que Bogart, Eastwood, y hasta las damas más refinadas aparecían en el cine con sus rubios americanos humeando, años en los que los paquetes no aparecían circuncidados por una auténtica esquela de predicciones nada alagüeñas para el consumidor; puede que entonces se pudiera alegar ignorancia de sus nocivos efectos, y argumentarse que se fumaba por impulso social. En aquellos tiempos, qué tiempos, fumar era algo políticamente correcto y socialmente aceptado. Leía hace poco un libro sobre la Batalla de Normandía en la Segunda Guerra Mundial, y sorprende que lo más valorado por los soldados de uno y otro bando, por encima de las raciones de comida, de las botas de cuero, incluso del armamento militar, lo primero que buscaban sustraer de los bolsillos del enemigo caído eran los cigarrillos. Ya digo que eran otros tiempos, pocos años después en mayo del 68 encontraríamos a muchos fervientes defensores actuales de la prohibición de fumar en lugares públicos entonando las consignas del "prohibido prohibir".
Reconociendo que el tabaco es perjudicial para la salud, y que puede ser nocivo, desde luego para la salud del que lo fuma, y también para los terceros que rodeen al fumador mientras ejerce su hábito, valdría buscar fórmulas que conjugaran la libertad de los fumadores con el derecho a la salud de los fumadores pasivos. Las fórmulas las hay y ya se había llegado a ellas, incluso por exceso.
La primera de las actuaciones que han seguido los Gobiernos una vez abierta la guerra al tabaco es la de imponer impuestos especiales a su consumo, que ahora mismo alcanzan a más del 70 % del valor total de cada cajetilla. Esta carga tributaria deja en entredicho el argumento económico-sanitario, tan abanderado por los antitabaco. Los cigarrillos son lo que se denomina en economía un demerit good, un bien cuyo consumo ocasiona efectos negativos que no pueden ser minimizados con el libre funcionamiento de la oferta y demanda, a lo cual se denomina externalidad negativa. Para minimizar la externalidad negativa y ajustar el consumo teniéndola en cuenta, los gobiernos fijan tasas o impuestos sobre el precio de este tipo de bienes y con ello se pretende conseguir una disminución de la demanda proporcional a la subida del precio. Pero ¡ay! hete aquí que el tabaco es muy adictivo, con lo cual, tiene lo que se denomina una demanda inelástica, es decir, que debido a la dependencia que de este bien tienen los consumidores, pese a que se hagan ajustes al alza en el precio, no se consiguen con ellos los resultados que en un bien de demanda más elástica serían harto significativos.

Otra cosa que se ha hechos es incluir información en cada cajetilla, esas esquelas a las que ya he aludido, algunas tan graciosas como: "el tabaco contiene benzeno y nitrosaminas", ¿me ha visto cara de químico señora ministra?, "el tabaco es muy adictivo, no empiece a fumar", sí, ahora que me he pagado casi cuatro euros por la cajetilla la tiro o la dono a las monjas de la caridad de San Philipp Morris. Y en proyecto estaba lo de poner fotos sórdidas de órganos afectados por patologías derivadas del consumo del tabaco. Hablo por mí, las esquelitas no han tenido ningún resultado amedrentante. También se ha prohibido la propaganda de las industrias tabacaleras, lo cuál nos dejó insólitas imágenes a los amantes de la fórmula 1, viendo cómo se tapaba de la manera más cutre en los vehículos los emblemas de esas marcas, tradicionales patrocinadoras de equipos de competición.
Poco después se les ocurre la genial idea de sacar una ley al respecto. Todos entendemos que en sitios como hospitales, edificios públicos, residencias de mayores, colegios, institutos, etc. se prohíba fumar. Hasta aquí poco debate hay. Ahora bien, señores míos, no me toquen los bares y restaurantes que esto es España, y aquí el café se toma con cigarro, la caña se toma con cigarro, y el café y chupito de después de comer se toma con cigarro. Pasan por el aro (qué remedio) los establecimientos hosteleros de más de cien metros cuadrados, y la mayoría toman la decisión de permitir fumar en sus instalaciones, para lo que la Ley les obliga a habilitar una zona separada al efecto. Esto hablando en plata se traduce a "prepárame unos cuantos miles de euros para los albañiles", ¡oído cocina!.

Ya éramos todos felices en este mundo de piruleta, no sin una pequeña sensación de apartheid, de ostracismo, de tener poco menos que la lepra por parte del colectivo de fumadores. ¿Fuma usted? Sí, bien, acompáñeme a aquella pecera que les hemos habilitado al efecto. Conformes ya los fumadores con nuestras cámaras hiperbáricas, y hay que reconocer que frecuentando más los bares permisivos y de menos de 100 metros cuadrados, en detrimento de grandes comedores, no van y se les ocurre desde el Gobierno el aumentar las restricciones. Ahora ya afectan a lugares al aire libre, en los que es tan fácil el no molestar como el tener un mínimo de civismo y cuidado (que algunos ya teníamos incluso en lugares cerrados). A ver con qué cara le cuentan a los hosteleros que hace un par de años tuvieron que reformar los locales que no les ha servido de nada... ¿Recuerda la reforma que tuvo que hacer para adaptarse a la Ley del Tabaco? No me voy a acordar si todavía estoy pagando el préstamo... Pues buenas noticias, como si tira los tabiques porque ya no le van a hacer falta. Hay que tener los cojones cuadrados.

Lo próximo será fundar leproserías a las afueras de las urbes para los fumadores, y no tardando, cuando termine con la nicotina el Estado querrá ponerse con el colesterol, y entonces a ver cómo nos sienta que nos prohíban, que lo harán, el tocinillo en la fabada o el chorizo en las lentejas a la riojana. Nadie se extrañe, cuando nuestra estupenda Ministra de Economía lo era de Sanidad prohibió una hamburguesa servida en una famosa cadena de comida rápida por considerar que tenía más calorías de las debidas (por cierto, era mi hamburguesa preferida, y no estoy gordo que digamos). Más educación, más autocontrol y menos prohibiciones, que es la vía fácil, pero no la mejor.

Ya lo decía el dicho: si no fumas, no bebes y no follas, para qué vives gilipollas. Mucha falta de las tres cosas tienen en el Consejo de Ministros.

Animales políticos

Napoleón de "Rebelión en la Granja" de G.
Orwell 
Decía Aristóteles que el hombre es un animal político (ἄνθρωπoς φύσει πoλιτικὸν ζῷoν) , y hoy, a la vista de nuestros políticos, podríamos inferir que les queda poco de hombres y se acercan cada vez más a los animales (si en lo que nos distinguimos de ellos, es en la capacidad de raciocinio -de los políticos, digo-). 

Uno mira a nuestros políticos de hoy y no puede por menos que avergonzarse. Empezando por el Presidente del Gobierno y acabando por el Alcalde de Valladolid. Dónde quedan grandes figuras parlamentarias como Cánovas del Castillo o Sagasta, y sin ir tan lejos, cualquiera de los que estrenaron la democracia tras la transición, y de los que la consolidaron luego, cualquiera de ellos era mejor que los actuales. 

José Luis Rodríguez Zapatero ha conseguido cargarse a los Barones de la Vieja Guardia, y, con ellos, a la esencia de un Partido, al que dice pertenecer de palabra  si bien no se demuestra de pensamiento y obra, ni siquiera de omisión. Bajo su batuta, estamos hundiéndonos cada día un poco más en la crisis económica, y hemos visto cómo el Partido Socialista Obrero Español, ha dejado de ser socialista, abrazando tesis del más puro neoliberalismo económico sin que le tiemble la mano, y sobre todo, ha dejado de ser obrero, porque aquél que en su día prometiera que jamás recortaría derechos a los trabajadores, ya lo ha hecho, y saltando por encima de la negociación colectiva, esto es, gobernando como no se debe gobernar, por decreto. De su recién remozado equipo poco se puede decir, eso sí, nuestra conservada Ministra de Economía se ha lucido, ahondando en la doctrina de los consabidos brotes verdes -que no de esquizofrenia, aunque lo parezcan- y se ha lucido, digo, con lo de que ahora "de verdad" estamos saliendo de la crisis, de lo que inferimos, aplicando la lógica inversa, que antes estábamos saliendo pero de mentira. Esto es reducción al absurdo o a mi que me lo expliquen. En un colegio de primaria, pase, a la salida de un Consejo de Ministros, no. 
Y, qué decir de la oposición, que ni es oposición, ni es nada, Rajoy, al que los deméritos del Gobierno le están poniendo en bandeja de plata el hacerles frente de forma demoledora, presentando alternativas reales a las políticas del Gobierno, que, de paso podrían azuzar a los que mandan ahora a ponerse las pilas y mejorar la situación de todos los ciudadanos, en lugar de eso, sigue apoltronado aplicando el antiguo proverbio árabe de "siéntate a la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo". Y así será, porque la caída de Zapatero y compañía ya no la evitan ni provocando la intercesión divina derogando un día antes de las elecciones la Ley del Aborto, la de las Células Madre no virginales, y la de los matrimonios homosexuales. Quizá estén confiando en la concurrencia de la teoría de la ignorancia racional del votante, que tan bien les ha venido a uno y otro bando en ocasiones anteriores, pero ya ni ésta les libra, la ignorancia del votante ya es irracional, al menos eso prueba que Belén Esteban obtenga en una encuesta que se dice seria (aunque paradójicamente incluya la opción de voto a favor de la ex del de Ubrique), un 7,9 % de la intención de voto, ¡caray! que dónde queda entonces Izquierda Unida, con menos audiencia que un documental de la 2. Pero ¿qué alternativa nos viene? Ninguna, me temo. Si el Gobierno ya está aplicando medidas neoliberales, empujado, eso sí, desde Bruselas, los que han de venir seguirán por los mismos derroteros, por mucho que ahora echen pestes de ellos y que digan que de ese agua ellos no beberán -carajo, que es vuestro agua, baste ya con un Partido sin rumbo-. Y en Bruselas están que trinan con nuestro déficit(y no vean como trina un teutón si se pone), que se nos va de las manos, claro, difícil será contenerlo si somos tantos a gastar oiga: que si tanto del Estado, tanto de las Comunidades Autónomas, tanto de las Diputaciones, y venga un cuanto para los Ayuntamientos... Las ayudas, se las quitábamos de las manos, hasta que se han acabado, oiga. Eso sí cheque bebé que no falte, para aumentar la natalidad y que tengamos más base demográfica para pagar pensiones, gran idea, pero ¿por qué no lo inviertes en educación para mejorar a los pagadores en potencia que ya tenemos y que no se hagan ninis de por vida, y para que la escasa élite que sobrevive entre esos ninis no protagonice las sonadas fugas de cerebros que vivimos ahora y se vayan a cotizar al Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda? ¿Por qué le das cuatrocientos euros a todo el mundo le hagan falta o no? Será porque los tenías, ahora vete a buscarlos al BCE a ver qué te cuentan, o mejor, emite deuda, a ver si nos rebajan un poquito más la calificación. No, no, ya lo tengo, sube los impuestos hombre, a poder ser los indirectos, que afectan igual a ricos y pobres, y de la facultad te sonará que eso de la igualdad es muy socialista. 

Así la economía, no hay por donde cogerla, y eso habrán pensado cuando en lo que se han puesto es en ver qué orden deben de llevar los apellidos, cuestión que llevaba solucionada desde los tiempos del medioevo en que Sancho Sánchez Sánchez, hijo de Sancho el Curtidor y de Sancha la Meretriz curtía cuero como su puta madre le enseñó -de aquella no había que ser políticamente correcto, ni llevaban todo lo atinente en política a la mujer hasta el ridículo-. U otro tema que les ocupa los sesos es el prohibir fumar hasta donde ya no molesta uno a nadie, salvo según el argumento recurrente, a las arcas de la sanidad, pero me pregunto yo si no saneamos los fumadores esas arcas y alguna más cuando de lo que pagamos por un paquete de tabaco más del 70 % del precio son impuestos. Falta que nos creen leproserías a los fumadores, menos hipocresía, si tan malo es ponle el cascabel al gato y prohíbelo, apechuga luego con la pérdida de votos y de ingresos en impuestos especiales. Lo siguiente será prohibir el tocino en la fabada que causa colesterol y papá Estado tiene que estar en todo. Si es que a la vista de lo que sale del orden del día de un Consejo de Ministros, parece que alguien, y ya me imagino quién, ha dicho a la entrada: a ver quién suelta la propuesta más estúpida, ridícula, impertinente y fuera de lugar. 

Y venga a echar carne en el asador, y la oposición babeando... ¡por favor! despierten, eso sí, sólo les preocupa que Zapatero fuera a rezar a casa de Obama y no vaya a rezar con el Papa. Para letanías y plegarias las de los que no llegan a fin de mes, y esas no van al confesionario a deponerlas, van al banco todos los días. 

Y lo peor es que al relevo generacional de los presentes políticos, no le veo yo futuro, o mejor dicho, pondrán mucho más negro el nuestro. Vienen pisando fuerte, pero no firme, rostros como el denostado de la Pajín -víctima del Alcalde de Valladolid, que parece un hombre recién salido de una película de Pajares y Esteso-, bocas verborréicas como la de Saenz de Santamaría o niños de papá como Costa -si la Justicia lo conserva intacto unos años-. Por no hablar de gentes con ideas de bombero retirado como la ex ministra de igualdad Aido, o la Trini Jiménez, nueva de Exteriores -cosa que me choca en alguien que suspendió un par de veces el examen de ingreso en la Carrera Diplomática-  

No en vano, los políticos de antes eran personas formadas, con profesiones de prestigio, en las que solían destacar, y llegado el momento, tras una dilatada carrera, sentían por vocación, no por necesidad, la llamada de lo público y el servicio al país y a los demás. Ahora el de político es un trabajo como otro cualquiera, cuanto antes llegues arriba, más poder y dinero amasarás, y esto excluye una formación completa y suficiente y una madurez que debería presuponerse para ciertos cargos. Así nos está yendo, y, mucho peor nos irá. 

A la vista de semejante panorama, y siendo críticos, seas de la ideología que seas, hay más razones para dejar de votar al partido que en su día la abanderaba que para apoyarlo, eso sí, en el bien entendido de que en el adversario no hay alternativa. Y, que nadie se lleve a engaño, poco valen terceros Partidos, que este país es bipolar de toda la vida, que no deja de ser un trastorno, oye. 

Ya que empecé con una imagen del caudillo Napoleón de la célebre obra de George Orwell, en la que los animales de la granja expulsan a los humanos y montan su propio sistema político, terminemos con unas palabras de la misma: 
"No había duda de la transformación ocurrida en las caras de los cerdos. Los animales, asombrados, pasaron su mirada del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo; y, nuevamente, del cerdo al hombre; pero ya era imposible distinguir quién era uno y quién era el otro."
George Orwell "Rebelión en la Granja"  1945
Y para evitar caer en la tiranía, como les pasó a los protagonistas de la novela de Orwell seguiremos votando y respetando al sistema, pero que hagan el favor de dejar de considerarnos como a animales gregarios que en vez de leche y lana damos votos y dinero, y que empiecen a tener en cuenta que sus decisiones no sólo valen para justificar que se llenen su barriga y bolsillo, sino que pueden hacer que queden vacíos los de muchos ciudadanos. 

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