jueves, 17 de febrero de 2011

Abuso de austeridad

Fracaso absoluto, vaya, que ni que lo hubieran promovido 
como un reto de "El Hormiguero" de Pablo Motos y Tabletas.
Nos hemos debido de volver todos gilipollas. Y yo, el primero, pero por otras cuestiones diferentes a las que expondré a continuación. Se proponía estos últimos meses desde las redes sociales el hacer un apagón, todos a una, como en Fuenteovejuna, ayer a eso de las diez de la noche y con viento de levante, para castigar al lado oscuro de la fuerza que, paradójicamente son quienes nos venden la luz al peso, real o estimado, que el Gobierno les da para ello luz verde. El fondo de la cuestión se comprende y comparte, nos han subido el recibo de la luz a todos, y a ninguno nos gusta que nos toquen los bolsillos si no es para meternos mano, ni siquiera para iluminarnos. Y ni yo ni nadie se cree que todo responda a la subida internacional de los precios del mercado energético, seguro que en parte justifica una subida, pero dudo mucho que en el país de la pandereta y del aprovecharse de la masa mientras esta pasta y rumia, se justifique totalmente en el cien por cien (vamos que una parte seguro que va directa a beneficios y a engrosar barrigas bien alimentadas, aunque se pinte de necesidad acuciante empujada por los mercados internacionales, que, como no tienen cara, no son linchables por una leva de masas). Hasta ahí bien, de acuerdo. Pero ¿alguien se ha parado a pensar la utilidad de semejante medida?, porque que sepa yo, no hemos amanecido con terribles portadas -en este país la prensa es de cañonazos con metralla- como"Caída en bolsa de las eléctricas por el apagón popular de ayer", "Crash energético provocado por iniciativa ciudadana", "Castigo a las eléctricas"... Nada. Análisis en bolsa de la repercusión de la medida: Endesa sube un 0,11; Gas Natural un 1,11; Enagás un 1,31; Iberdrola un 0,42; Iberdrola Renovables un 1,99; Red Eléctrica baja un 0,36 -a ver si sólo han pagado estos un poquito el pato-. Vamos que si alguna repercusión ha tenido sobre empresas energéticas, ha sido de lo más positiva para las eléctricas. 
No soy Ingeniero Industrial, pero por lo poco que me pinta el sentido común, me da que si muchas personas apagan a la vez todos sus aparatos eléctricos, puede que haya una bajada en el consumo global durante esos cinco minutos que preconizaba la medida, hasta ahí, bien, pero ¿qué pasará cuando a los cinco minutos vuelvan a poner en marcha toda la aparamenta eléctrica del hogar a la vez? Inevitablemente provocaran un pico al alza en el consumo, seguramente cubriendo con creces con su coste el ahorro y agujero que supusieron los cinco minutos de austeridad lumínica y electrónica. Todos sabemos que en la mayoría de los aparatos el mayor consumo se produce cuando los encendemos. Y ni que decir tiene que si las grandes consumidoras cual son las empresas y Administraciones Públicas no se suman -algún Ayuntamiento lo hizo, cabe suponer que para tocar los bemoles al Gobierno- de poco vale el esfuerzo, sin contar con los inconstantes y desertores que le dan al "asistiré" y luego no se ponen el traje de monaguillos y se olvidan o pasan del tema.  Menudo favor le hemos hecho al lado oscuro de la fuerza mis pequeños padawans. Luck, me cago en tu padre. 
Al margen de esto, y de las invitaciones que he recibido a través del Facebook ('libro de caras' más o menos duras a la hora de promover cosas que ni me van, ni me vienen, o que van a la contra de los intereses incluso de quienes las promueven), la más ferviente para que me uniese a la causa contra el Imperio de las Eléctricas, Santiago y Cierra ¡España!, junto con el resto de la infantería de pulsadores de interruptores, fue la que recibí personalmente de un amigo al que posteriormente prácticamente le corte el traje que ya he vertido en las líneas anteriores, y que espero conservar cuando se identifique tras leer estas líneas. Sin rubor me invitaba a unirme al apagón mientras, con la calefacción encendida -que paga por comodidad de que le sodomice una sola compañía, a Iberdrola sección gas- ventilaba un par de habitaciones de la casa, en la que, simplemente mirando alrededor se comprobaba que ni una sola de las bombillas era de bajo consumo, y ya tener un radiador eléctrico en una casa en que la calefacción de gas va de maravilla... Vamos un claro abuso de austeridad el que se me pretendía imponer, y no en nombre de causas perrofláuticas como el cambio climático; la emisión de gases de efecto invernadero, lacrimoso, o los pedos de toda la vida que metano no les falta; el cuidado del medio ambiente -no especificando en qué mitad- ni nada por el estilo, la justificación era muy superior, respetable y universalmente compartida: la pela. Y eso es previsión, cuando el aire ya sea irrespirable gracias a nuestro desmesurado consumo de recursos energéticos, habrá que tener mucho ahorrado para poder comprar el poco oxígeno que quede respirable -la otra opción será asaltar residencias de ancianos para apropiarse de las botellas de oxígeno medicinal-. Entonces seguro que ya no es problema mantener la calefacción encendida todo el día, porque no se podrán abrir las ventanas para ventilar. 
Hay medidas mucho más razonables para reducir nuestra factura eléctrica y repercutir en las cuentas de beneficios de las multinacionales energéticas, a la vez que cuidamos un poco el Planeta (pequeño Planeta vuelve a sonreír, y tal), pero pasan desapercibidas en nuestro día a día y no quedan tan de activista quijotesco -que es lo que se lleva- como promover un evento en Facebook. No nos confundamos, no critico a los que de buena fe se unen al evento, critico a los que por ignorancia o mala fe lo crean. Y cada perro que se lama su pijo. 

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