Porque sea lo que se lleve, o porque esté de moda, uno no se resigna a verse obligado a contemplar por la calle a cada vez más adolescentes de los que ahora llaman nini's (porque ni estudian, ni trabajan, ahora que vaya lo que se hacen notar) con su ropa interior colorista bien ceñida al Ecuador de la cintura, pero sus pantalones, sin embargo, muy por debajo de lo que sería el Trópico de Capricornio, dejando a la vista del espectador aterrado sus glúteos completos, cincelados con más o menos pericia dependiendo de la frecuencia de quedadas en el McDonald o Burger king que sufran. Actos de rebeldía todos los cometíamos en la edad del pavo: que si ponerse un pendiente los chicos (ahora ya son piercings, y si no tienes cinco repartidos por toda la geografía anatómica estás "out", a poder ser enmarcados por otros tantos tatuajes -ahora tatoos-), las faldas muy cortas de las chicas (aún así todavía sugerían, no enseñaban directamente), las camisetas de chicos malos, y la música estridente y cuanto más molesta para la generación anterior, mejor. Hasta ahí bien, así ha sido siempre de generación en generación, y esto es un motor de cambio para la sociedad. Llegados hasta este momento era una manera que tenía la sociedad de adaptarse a los tiempos y evolucionar con ellos a la vez que se producía el salto generacional. Una generación maduraba, para que la posterior "transgrediera" lo establecido por ella, siempre dentro de unos límites y rara vez de manera radical y tajante.
Pero se me hace difícil imaginarme un escenario en el cual los más jóvenes de ahora vayan a madurar, ya que hacen de su bandera el mostrar gayumbos y bragas, de su cultura la del botellón, que si en sus inicios eran reuniones de jóvenes para divertirse, charlar, y, por supuesto, beber, sin dejar de lado la cultura de bar que tan arraigada estaba en este país, y que siempre ha sido motor de las relaciones sociales y de la economía, ahora se han convertido en una excusa para ponerse tibios de alcohol barato, sin acudir después al establecimiento convencional, eso y nada más que eso, por supuesto que previa convocatoria formal en lenguaje SMS (leía a un aventajado de entre estas hordas en un comentario de facebook que una cosa es abreviar y otra cometer faltas, majete, las abreviaturas se inventaron mucho antes que el teléfono móvil, pero la supresión o modificación de letras sin ton ni son, siguen siendo faltas, por mucho que abrevies). Que uno ya tiene horas de vuelo, botellones incluidos, pero ya se puede distinguir sin género de duda entre el botellón social para iniciar una fiesta y el botellón por el botellón, que se justifica en sí mismo y para sí mismo, y en detrimento de quienes lo sufren.
Interés por los estudios, cero, por la cultura, cero (han elevado al rango de cultura a deportes, como el skate o el snow-board, o a fiestas de música -cultura de club, le dicen-, a ver si así lavan la conciencia) lo de trabajar, cero, y es que nada de eso sale en Física o Química, tía, ni en Crepúsculo, ¿sabes?. Bien vamos. A lo que lleva este modelo: fracaso escolar, falta de modales y educación, precariedad en el empleo (si lo llegan a buscar, y más complicado, a encontrar con un currículo de folio DIN A-4 en blanco por las dos caras). Mi conclusión: está de moda ser modorro, y con más énfasis parecerlo. De esta idiosincrasia les imbuyen día a día en la caja tonta y en el cine, eso sí, bendito sea el pensamiento forzado: quiero influir en los jóvenes para excluir actitudes homófobas, ¿les educo en valores? No, sale más barato meter con calzador y cuña doce gays en una clase de veinte alumnos de la serie de moda; y así hacemos con el sida, la religión, los problemas de planificación familiar, etc. Utilizan series de éxito entre el público adolescente para crear una realidad, con la que podemos estar más o menos de acuerdo, pero que venden como la única posible aún no coincidiendo en nada con la realidad preexistente, eso sí, en toda la serie raro es ver un chaval con un libro abierto, haciendo un trabajo (los musicales no cuentan, y menos si tienen como coartada el destrozar una obra maestra de la literatura, que eso lo he llegado a ver en la famosa FoQ), trabajando en algo que no sea de "camareta", modelo, actor, artista o cantante, con todos mis respetos para éstas profesiones, pero de todos -menos de los que aún se hallen anonadados por el efecto de aclarado sin prelavado cerebral- es sabido que es precisamente en esas profesiones donde más fácil está acceder y ganarse un pastizal (raro que no nos estemos dedicando todos a ello, pues). Pero eso debe ser lo que mola, y como tal habrá que respetarlos, ahora que no me quedo del todo tranquilo sabiendo que estas lumbreras serán las que me paguen la pensión de jubilación, si quieren, eso sí, que de la educación que tienen ya hablaremos otro día, que antes a los chavales se les asustaba con los padres, ahora ni mentando al Fiscal de Menores. Allá ellos si carecen de pensamiento crítico alguno o se quieren privar voluntariamente de volar más alto, pero eso sí, ay de nosotros que tendremos que convivir con esta plaga parasitaria, impertinente, maleducada y de dudoso gusto en el vestir -o en el dejar de hacerlo, porque llevar los pantalones por las rodillas, de toda la vida, es llevar los pantalones bajados-. Quedan honrosas excepciones que tendrán que esforzarse muy mucho para mantenerse firmes rodeadas de este lodo de ignorancia, y de ellos será el mérito si consiguen que su generación también madure.
El Roto |
Interés por los estudios, cero, por la cultura, cero (han elevado al rango de cultura a deportes, como el skate o el snow-board, o a fiestas de música -cultura de club, le dicen-, a ver si así lavan la conciencia) lo de trabajar, cero, y es que nada de eso sale en Física o Química, tía, ni en Crepúsculo, ¿sabes?. Bien vamos. A lo que lleva este modelo: fracaso escolar, falta de modales y educación, precariedad en el empleo (si lo llegan a buscar, y más complicado, a encontrar con un currículo de folio DIN A-4 en blanco por las dos caras). Mi conclusión: está de moda ser modorro, y con más énfasis parecerlo. De esta idiosincrasia les imbuyen día a día en la caja tonta y en el cine, eso sí, bendito sea el pensamiento forzado: quiero influir en los jóvenes para excluir actitudes homófobas, ¿les educo en valores? No, sale más barato meter con calzador y cuña doce gays en una clase de veinte alumnos de la serie de moda; y así hacemos con el sida, la religión, los problemas de planificación familiar, etc. Utilizan series de éxito entre el público adolescente para crear una realidad, con la que podemos estar más o menos de acuerdo, pero que venden como la única posible aún no coincidiendo en nada con la realidad preexistente, eso sí, en toda la serie raro es ver un chaval con un libro abierto, haciendo un trabajo (los musicales no cuentan, y menos si tienen como coartada el destrozar una obra maestra de la literatura, que eso lo he llegado a ver en la famosa FoQ), trabajando en algo que no sea de "camareta", modelo, actor, artista o cantante, con todos mis respetos para éstas profesiones, pero de todos -menos de los que aún se hallen anonadados por el efecto de aclarado sin prelavado cerebral- es sabido que es precisamente en esas profesiones donde más fácil está acceder y ganarse un pastizal (raro que no nos estemos dedicando todos a ello, pues). Pero eso debe ser lo que mola, y como tal habrá que respetarlos, ahora que no me quedo del todo tranquilo sabiendo que estas lumbreras serán las que me paguen la pensión de jubilación, si quieren, eso sí, que de la educación que tienen ya hablaremos otro día, que antes a los chavales se les asustaba con los padres, ahora ni mentando al Fiscal de Menores. Allá ellos si carecen de pensamiento crítico alguno o se quieren privar voluntariamente de volar más alto, pero eso sí, ay de nosotros que tendremos que convivir con esta plaga parasitaria, impertinente, maleducada y de dudoso gusto en el vestir -o en el dejar de hacerlo, porque llevar los pantalones por las rodillas, de toda la vida, es llevar los pantalones bajados-. Quedan honrosas excepciones que tendrán que esforzarse muy mucho para mantenerse firmes rodeadas de este lodo de ignorancia, y de ellos será el mérito si consiguen que su generación también madure.